Aunque no lo parezca, el mal aliento es un problema que lo ha sufrido al menos el 80 % de las personas a lo largo de su vida. La causa principal suele ser la deficiente higiene bucal, pero hay enfermedades que también podrían provocar mal aliento.
La recomendación principal para evitarlo es mantener una excelente higiene bucal. Para ello es necesario cepillarse por lo menos, tres veces al día. Usar enjuague bucal y el hilo dental eliminaría la mayoría de las bacterias que causan el mal olor. También debe saber que el cepillo dental debe ser cambiado periódicamente para asegurar que sus cerdas se mantengan en óptimas condiciones.
Los alimentos como el ajo, las cebollas, los pepinillos y los frutos secos pueden favorecer la proliferación de las bacterias bucales causantes del mal aliento. Por eso, es recomendable que si por el momento sufres de este mal, te abstengas de consumirlos con frecuencia.
Hay ciertas enfermedades que podrían estar manifestándose a través de los olores que se emanan de tu boca. Por ejemplo, si sufres de diabetes, tu aliento se puede tornar con un aroma a dulce. En cambio si tienes algún daño renal, es común que el aliento huela a amoniaco. Por ello es recomendable que visites a tu médico para asegurarte de que todo marche bien en tu organismo.

Higiene dental y mal aliento
La alimentación te puede ayudar a contrarrestar el mal aliento. Consume abundantes frutas, ya que estas estimulan la salivación, y por ende, la eliminación natural de la bacterias que habitan en la boca. Evita el consumo excesivo de galletas y pan tostado, ya que estos alimentos, por el contrario absorben la saliva que produces.
Ingiere abundante agua, mastica chicles sin azúcar y mantén una adecuada higiene bucal y verás cómo tu aliento cambia. Recuerda visitar tu odontólogo al menos dos veces al año, para verificar que todo esté bien.